CRISTIANISMOPRACTICO.COM.- La pregunta sobre qué tipo de música le agrada a Dios ha sido tema de reflexión en muchas congregaciones. A lo largo de la Biblia, encontramos diversos ejemplos de música y adoración. Estos nos brindan pistas sobre lo que agrada al Señor. Este artículo explora las características de la música que honra al Altísimo. También cómo esta puede influir positivamente en la vida del creyente.
1. Música que exalta el carácter de Dios
Uno de los elementos más importantes de la música que agrada a Dios es que debe exaltar Su carácter y Su obra. Los Salmos, por ejemplo, contienen múltiples expresiones de adoración que describen la grandeza, la bondad y la misericordia de Yahvé. Al cantar canciones que proclaman estas verdades. Los creyentes están participando en una alabanza que refleja la naturaleza y el poder del Todopoderoso.
2. Música que surge de un corazón puro para Dios
La Biblia enseña que el Señor se fija en el corazón, más que en las formas externas. En Mateo 15:8-9, Jesús reprende a los fariseos. Les dice que adoran con sus labios, pero sus corazones están lejos de Dios. La música que realmente agrada a Dios surge de un corazón sincero y dedicado a Él, donde la intención es alabarle con amor y gratitud, sin buscar reconocimiento personal.
3. Diversidad de estilos en la música bíblica

La Escritura muestra que Dios acepta diferentes expresiones de música, desde cantos tranquilos hasta alabanzas alegres y llenas de júbilo. En la Biblia encontramos tanto momentos de adoración solemne como escenas de celebración, como cuando el pueblo de Israel cantaba y danzaba en gratitud (Éxodo 15:20-21). Esto sugiere que Dios no se limita a un solo estilo, sino que se agrada de la variedad mientras el enfoque sea glorificarle.
4. Música que conduce a la edificación espiritual
La música que agrada a Dios también edifica al oyente y a la congregación. En Colosenses 3:16, Pablo exhorta a los creyentes a enseñar y amonestarse unos a otros con “salmos, himnos y cánticos espirituales.” La música cristiana tiene el potencial de enseñar verdades bíblicas y fortalecer la fe, ofreciendo esperanza y orientación espiritual a quienes la escuchan.
La música que le gusta a Dios es aquella que lo glorifica, surge de un corazón sincero y edifica espiritualmente a los creyentes. No importa el estilo musical; lo fundamental es que la música se use como una expresión de adoración genuina. En cada nota y letra, los creyentes pueden encontrar una forma de conectarse con Dios y celebrar Su grandeza en sus vidas.